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El carpintero milagroso - Rainer Pimstein

20/11/2021 00:00




­El carpintero milagroso 

Por Rainer Pimstein **

Los españoles en América, crearon estructuras para mantener el poder y fomentar los negocios del Reino, entre ellos los virreinatos que abarcaban varios países y las Capitanías Generales en cada país. Alrededor del Virrey, existían las Cortes, al igual como existía en España. 

En las Cortes había grupos de personajes que tenían que ver con las cuentas y los negocios entre España y las Colonias, otros grupos se dedicaban a la entretención del Virrey, donde había Bufones, Músicos y Bailarines. 

Cada cierto tiempo se hacían bailes. Mientras el Virrey se paseaba en su descubierto coche de caballos, algunas damas que lo admiraban le lanzaban flores desde sus balcones, el las observaba y a las más bellas, les enviaba un pergamino con la invitación a la próxima fiesta, bien decorada con su sello y su rúbrica.

Los músicos habían traído diferentes instrumentos de Europa, entre ellos, el Laúd, la Mandolina, el Arpa, el Violín, la Guitarra, el Piano, también otros instrumentos más ligados a las actividades religiosas de la iglesia católica como el clavicordio y el órgano.

En una de éstas veladas, las parejas disfrutaban de bellos valses, mientras corría el vino dulce y añejo de Oporto, que era el preferido del Virrey, había una bella noche de luna, entre baile y baile las parejas salían a los espacios abiertos del palacio a decirse algunos secretos y admirar aquella hermosa muestra de la naturaleza.

A las 3 de la madrugada, doña Teresa Martínez de Ibarra, le dijo a su ama de llaves, todavía no han llegado las muchachas. El ama de llaves, contestó: Ud. sabe que es la Fiesta del Virrey, Ud. sabe que la Srta. Gladys y la Srta. Mónica no son ningunas levantiscas. -- "Sí, su padre estuviera aquí, buena zurra les daría, ellas son educadas, pero todo tiene su límite"; estando en eso, sonaron los goznes de las pesadas puertas, escuchándose las risas alegres de las dos muchachas.

Mientras tanto en el palacio seguía la música, aunque con menos precisión en los acordes, ya que los músicos también habían saboreado el Oporto. Algunos bailarines en su entusiasmo, mostrando sus dotes artísticas, dando estirados pasos de baile, desprendieron la cortina y otro menos osado, haciéndole el quite a un muro, cayó sobre la columna vertebral del arpa, convirtiéndola en un animal destripado y quejumbroso.

Al día siguiente, estando el carpintero afilando sus herramientas, cuando le llegó un paciente en estado muy grave, allí estaba el arpa con el cuerpo partido en tres partes y las cuerdas retorcidas colgando. La traía un enviado del Virrey diciendo: "Su Majestad le envía de regalo este aparato que como ya no produce música, tal vez pueda aprovechar algo de las maderas. Dele gracias a su señoría y manifiéstele que por aquí estamos a la orden".

El carpintero, que además de su profesión era músico, miró al enfermo de arriba abajo, con admiración, "como un pájaro cantor que venía de otros extremos, más allá de los mares" y juró para su interior que esa ave volvería a cantar.

A los seis meses, el pájaro reconstruido y remendado estaba animando las fiestas de esclavos en la Hacienda "El Trapiche", de las yemas de los dedos y uñas del mismo carpintero, que estaba sorprendido de la amplitud expresiva y sonoridad del instrumento.

Así, éste aparato sonoro, venido del más allá, pasó a ser un instrumento, que no faltaba en las fiestas y bailes populares de toda América.

** Rainer Pimstein: Ingeniero forestal, exprofessor de la Universidad de los Llanos, Venezuela
* Pintura: Mujer con arpa -  Gerard Portielje 


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