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22/03/2022 00:00
La sopa de maíz
Por Rainer Pimstein **
Dos abuelos en una casa de campo, tenían a su cargo a 4 nietos, 2 hembritas y 2 varoncitos; de edades entre 4 y 6 años.
Al abuelo, le vino a la cabeza, hacerles una sopa de maíz. La abuela les lavaba la ropa, a la antigua, a fuerza de puro fregarla sobre la artesa, la enjuagaba, la estrujaba y la ponía a secar en la esquina del corredor que daba a la cocina. Esto tenía que hacerlo bien seguido porque los niños en sus juegos, se mojaban, se escondían debajo de las camas y hacían trencito, empujándose por el piso.
El abuelo, sabiendo que en la casa no había maíz, dijo que lo buscaría por los alrededores. La abuela mientras tanto se dedicaba a preparar el desayuno, que consistía en tortillas de rescoldo, rellenas de mermelada de mora silvestre; que ella misma había ido a cosechar con los niños; aunque le había costado mucho llenar el canasto, porque de 3 moras que recogían, 2 iban a la boca de los recolectores. Las tortillas iban acompañadas de la leche de la única vaca que poseían, entibiada y complementada con una bola de cacao negro.
La abuela les hacia tomarse el desayuno a fuerza de puras adivinanzas, el que no adivinaba, debía tomarse un trago de leche y comerse un bocadillo de tortilla; para ello la abuela inventaba adivinanzas rebuscadas como: "que es un vaso con un liquido blanco, todos repetían: es un vaso de leche" la abuela con gran parsimonia, les decía: "no adivinaron, porque era un vaso con pintura blanca, así que vayan comiendo su tortilla y tomando su leche". Los nietos, cumplían el juego, pero alegaban: !! Como se le ocurre abuela que van a echar pintura en un vaso!!, eso no tiene sentido. Aunque discutían, la abuela se ponía firme y no los dejaba abandonar la larga mesa, hasta que no hubieran terminado el desayuno.
El abuelo había salido por el caserío a buscar el maíz. Caminando llego a la bodega de don Tito, que estaba hablando con otro campesino. El abuelo pregunto: tiene maíz; si, contesto el tendero, allá en una fuente grande al lado del enfriador, hay varios maíces que son de mi propia cosecha. Están grandes y gordos porque los deje un buen tiempo en la mata. Lleve los que va a llevar. El abuelo, le pregunto si tenía una bolsa donde llevarlos. El tendero le dijo: no tengo; si quiere, lleve esta cesta de recoger café y después me la trae o la manda a traer.
Así el abuelo, escogió 8 mazorcas; que eran casi todas las que habían; el tendero le pregunto: qué piensa hacer con el maíz; recibiendo por respuesta: voy a hacer una sopa de maíz para los nietos. Como impulsado por un resorte, salió el Sr. Tito de detrás del mesón con una mazorca grande en la mano, con granos claros y oscuros, diciéndole: lleve esta, que le da mucho sabor a la sopa. Es un maíz anual que lo sembré con unas semillas que me dio la Sra. Erminda, que es el que sembraban los antiguos indios de la zona; cada grano por dentro tiene una harina muy gustosa y alimenticia. Lleve también este zapallo de calabaza y estos platanitos para los nietos.
El abuelo cargo la cesta para la sopa y se despidió diciendo: gracias por todo y anóteme la deuda en el cuaderno, que yo le mando a cancelar pronto. Don Tito hizo un gesto de despedida y siguió hablando con el otro parroquiano que estaba allí. El abuelo, de retorno, subía y bajaba contento las colinitas con su cesta de mazorcas, sin importarle mucho el arrastre del zapato izquierdo por el piso, a cuyo ruido, ya estaba acostumbrado.
Al abrir la puerta del antiguo caserón, el porche completo se ilumino ya que el sol estaba más alto que el tejado y los rayos pasaban de largo hacia dentro. El abuelo entro y dejo su carga en la mesa de la cocina. La abuela, le dijo: vamos a desayunar, viejo querido. Al costado desocupado de la mesa de la cocina, le puso en un plato, una tortilla con un huevo revuelto, un tazón de café caliente y unos trocitos de queso blanco, que el acostumbraba meter en el café. Ella se sentó al lado a saborear su propio café y desayunar en pareja.
Terminado aquel rito mañanero, el abuelo vacio la cesta de las mazorcas en la olla de peltre, le agrego suficiente agua y avivo el fuego. Cuando el maíz se puso blando, le agrego una costilla de vaca, carnuda. Después le agrego los platanitos, el cebollín, 3 papas grandes, un poco de sal, el cilantro y su secreto culinario, que era echarle unas gotas de vinagre y agregarle 2 cucharadas de mantequilla al caldo caliente. A las 2 horas de fuego medio, el penetrante aroma del maíz sancochado invadía toda la casa.
Más o menos a la una de la tarde sirvieron la sopa, que todavía humeaba. Los abuelos advirtieron a los niños: coman poco a poco la sopa; que todavía está caliente. Como la sopa estaba sabrosa, los niños comían con avidez, si la temperatura les permitía.
Uno de los nietos dijo: abuelo, esta rica la sopa, pero dinos de donde sale el maíz. El abuelo respondió: el maíz que sirvió para hacer la sopa, viene de un grano, cada grano es una semilla, que cuando se siembra, se forma una planta que crece y después de estar un tiempo en la tierra, produce 2 mazorcas que sirven para hacer la sopa. -- Pero abuelo, cuánto tiempo se tarda una planta en dar frutos?
Eso depende del clima de cada zona, si el clima es mas frio, demora mas; el maíz por lo menos, puede demorar entre 3 meses y 1 año. Sera verdad Abuelo que si sembramos una planta de maíz y la cuidamos por 5 años, nos dará una mazorca mas grande?Todo lleva su tiempo, afortunadamente, el cebollín, el cilantro y la calabaza, se demoran menos tiempo en crecer; entre 2 y 4 meses. Otros componentes necesitan más tiempo; por ejemplo: a la sopa le agregue una costilla de vaca, para poder tener esa costilla, la vaca debe tener al menos 4 años.
También tiene que haber una persona que haga la sopa; en este caso es un hombre de 78 años, que es su abuelo; y así va sumando. -- Abuelo, entonces agregando todos los ingredientes, nuestra sopa empezó a formarse hace casi 100 años.
Abuelo, que bueno que tú naciste hace 78 años, para poder hacernos la sopa hoy. Así es, respondió el anciano. Pero abuelo, si la sopa la hace una muchacha joven tenemos que esperar menos tiempo? No me confundan; por ahora tómense toda la sopa para que cuando lleguen a viejos le den sopa a sus nietos.
** Rainem Pimstein - Ingeniero forestal y profesor universitário
Imagen - Rótulo de una antigua lata de sopa de maíz
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