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Vendetta guajira - (Crônica) - Rainer Pimstein

09/08/2024 00:00




­Vendetta guajira

Rainer Pimstein **

Los indígenas de la Guajira Colombo/Venezolana, desde tiempos muy pasados tienen sus propias leyes internas; una de las cuales dice que el que cause un daño, incluida la muerte, será castigado con el mismo mal que el causó, o por algún equivalente a él. También se entiende que no habrá pausa, hasta que no se haga justicia, y así la cuenta quedara saldada.

Esta ley a pesar de ser una ley interna guajira, fue aplicada a los españoles que llegaron a la Guajira con motivo de la Conquista. Los españoles lucharon contra los Guajiros y por algunos periodos los hicieron sus esclavos para la extracción de perlas en las costas caribeñas. Paralelamente los Guajiros lucharon contra los españoles para liberarse de aquel yugo.

Los españoles desarrollaron puertos en gran parte de la costa caribeña para exportar perlas, oro, plata, cueros y productos agrícolas, derivados de la minería y las encomiendas; que luego trasladaban al puerto de Sevilla en España, esquivando a comerciantes y piratas, tanto ingleses como holandeses.

Los Guajiros tuvieron éxito en sus luchas y se instalaron en la localidad de Rio Hacha, comerciando productos con los holandeses. Como aquellos productos no iban destinados a España, eran considerados como un contrabando o comercio escondido.

Los españoles quisieron acabar con los Guajiros, buscando apoyo en Cartagena y Maracaibo, que eran puertos controlados por la Corona española. Con aquellos refuerzos, armaron un pequeño ejército para sacar a los Guajiros de Rio Hacha. Frente a esta arremetida de los españoles, los Guajiros continuaron con su "contrabando" por Sinamaica.

En los tiempos modernos, los Guajiros siguieron comerciando con algunas islas del Caribe como Curazao, Aruba y Bonaire que fueron Colonias Holandesas. De acuerdo a los antecedentes históricos, se dice que la actividad que los ha caracterizado, ha sido el "contrabando". 

En una ocasión, en tiempos más actuales, un Guajiro debía ir cerca de Tunja a pagar el Servicio Militar. Antes de irse, le dijo a la novia si lo podía esperar 2 años, porque tenía que cumplir el servicio militar; Ella estuvo de acuerdo, y su mejor amigo quedo como testigo de aquel compromiso. El Guajiro se fue a cumplir su obligación patriótica.

El Servicio Militar incluía perseguir y capturar guerrilleros y el Guajiro era como un sabueso para sorprenderlos, capturarlos y ponerlos prisioneros; por ello lo dejaron un año más pagando el servicio.

Cuando volvió a los 3 años, supo que su novia se había casado con su mejor amigo y vivían en una isla del Caribe. Por no caer en delación, los familiares de la pareja no informaban de su paradero.

A partir de ese momento el objetivo principal de su vida fue ubicarlos y cobrarles la traición. Lo primero era determinar en qué isla del Caribe se encontraba la pareja. No estaba fácil la perspectiva, ya que el Caribe tiene más de 700 islas, con distintos idiomas; en algunas hablan ingles, en otras francés, en otras español o dialectos locales.
Su estrategia fue viajar, de marinero, a varias islas en los barcos que caleteaban por las islas del Caribe, así podría obtener un ingreso y a la vez averiguar el paradero de aquellos dos desleales. En 5 años, estuvo en 30 islas, quedándose un tiempo prudencial en cada una, para sus averiguaciones, preguntando si habían tenido conocimiento sobre una pareja así y así, que habría llegado en tal época. A pesar de sus habilidades como investigador, sus resultados hasta el momento, habían sido infructuosos.

El fracaso, lo hizo reflexionar y detenerse a pensar, en que sitio era más probable que estuvieran, antes de seguir viajando sin rumbo. La intuición le dijo que era probable que estuvieran en alguna de las islas holandesas, con las cuales sus familias, tenían tradición de haber hecho contrabando.
Primero viajo a Aruba y Bonaire y no obtuvo nada concreto, pero consiguió un primo Guajiro igual que él, que conocía su historia, y sin que le preguntaran nada, dijo: lo que andas buscando, lo encontraras en Curazao, primo. Qué seguridad, tienes, pregunto el primero. Más seguro de que somos primos, una vez que estuve por allá, me encontré con ellos en el mercado, contesto el segundo.

Habían transcurrido 10 años. Para los objetivos que perseguía, necesitaba un capital. Menos mal que con el trabajo en los barcos había logrado ahorrar 52.000 Florines. Su idea era llegar allá e instalarse en el mercado con algún comercio y esperar que algún día, aquellos pajaritos cayeran en su red. En efecto, con la esperanza de desatar aquel nudo, se desplazo a Curazao. En el mercado, compro un local e instalo un cafetín y venta de empanadas. El preparaba el café y las empanadas, y tenía un muchacho que servía en las mesas.

El hombre espero y espero, un día de invierno, habiendo transcurrido 13 años, apareció la pareja, el los reconoció a la distancia. Se sentaron en una de las mesas y pidieron 2 cafés. El hombre preparo el café más sabroso para la pareja, cuando el café estuvo listo, le agrego un polvillo guardado por años en un tubito de bambú. De inmediato mando al muchacho a servirles el café.

El polvillo era de la corteza de un árbol que no tenía corteza; pero sus efectos en el cerebro eran tales, que solo mantenía las manías, y toda actividad humana se concentraba en aquellas manías, que eran las únicas que daban placer al individuo.

Así el culpable comenzó a cosechar la basura por las calles de Willemstad, acumulándola en su casa como un tesoro, que siempre iba en aumento. Mientras tanto su mujer se contorsionaba detrás. Por años, la gente recuerda haber visto durante el atardecer, la figura ridícula de un hombre con un
gran saco a la espalda y su mujer bailando detrás.

** Rainer Pimstein: ingeniero forestal y catedrático
* Pintura de indigena guajiro - Autor: Jaime Bernardes


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