Poemas
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11/03/2025 00:00

De muy lejos
Guillermo Piernes **
Mi madre contaba que el loco genial de mi viejo me llevo, com mi tio Antonio, a la vieja cancha de Atlanta, con 90 dias de vida. Uno de ellos se sentó en los tablones mas altos, conmigo en los abrazos y el otro con un bolsón con pañales y una mamadera. Me contaron que dormi durante casi todo el partido, arrullado por el canto de la hinchada "...son los bohemios...señores...son los bohemios...". De aquel dia, pasó algun tiempito. Ese bebé está a pocos meses de los 80 anos.
La noche previa a la inauguracion del estádio nuevo León Kolbowski, ya con 14 años, no consegui dormir por la excitacion de entrar al escenário deportivo. Perdimos 2 a 1, el partido inaugural contra Argentinos Juniors. Perdimos muchas veces. Quien no pierde en la vida.
En esa época, la hinchada de Boca, com 80.000 personas, gritaba "ganamos...perdemos...a Boca lo queremos". Nosotros, unos 800 de la hinchada bohemia, respondíamos "...ganamos...perdemos...siempre perdemos..." No perdíamos el humor porque eramos uma hinchada, un equipo diferente.
Y que equipo tuve la suerte de acompanar como joven hincha durante unas temporadas!. El equipo básico se alineaba asi: Errea (Gatti), Vignale , Claria, Nuin y Betinotti (Andrade), Conde, Carlos Griguol y Gonzalez, Mario Griguol, Artime y Roque (Carone). Fue la gloria cuando uno de esos anos le ganamos a Boca 2 a 0, en la Bombonera. En el vestuário, el presidente de Boca, Alberto J. Armando, compro a Gonzalez, que habia convertido los dos goles, para calmar la hinchada xeneize. Que vibracion!
El técnico era Osvaldo Zubeldia y el preparador físico, Mogilesky. Atlanta entraba a la cancha regalandole claveles a cada jugador adversário y despues marcaba a muerte, en toda la cancha. A los 17 anos me probé em Atlanta como arquero de las inferiores. No obstante mi baja estatura (1,75 mt) para el puesto, me fue muy bien. Pero el fenômeno Gatti, que ya estaba entre los juveniles de Atlanta, fue mejor que yo y que todos los arqueros que conocí para llegar a la primera, y al mas alto nivel en ella. Despues yo jugué de número nueve, artillero, rápido y correcto, sin mayor gloria, sin pensar mas en ser jugador profesional.
A mi vida llegaron los estúdios fuertes, mi entrada al periodismo por la puerta del periodismo deportivo, la carrera internacional de corresponsal que me llevo a quatro continentes, grandes conferencias, guerras, juegos olímpicos, crisis políticas, campeonatos mundiales de futbol. Despues, una década en la diplomacia internacional. Mas tarde, jugando y comentando golf. Escribí libros, tuve hijos y planté muchos árboles. Atlanta se quedó em mis recuerdos y en la Buenos Aires que deje hace 55 anos.
Em 2004 viajé a Buenos Aires. Fui a darle muchos besos a Mamá, entonces viva. Pasé por Chacarita para visitar donde descansa Papá. Tambien fui a la cancha de Atlanta, en Villa Crespo, despues de casi 40 anos. A seis cuadras de la casa de mi infancia y adolescencia. El cuidador me abrió los vestuários de paredes descascadas y fierros oxidados. Me dejó entrar en el campo. Besé el cesped y salté para tocar el travesaño del arco próximo a la avenida Corrientes.
En ese momento fui el gran arquero de Atlanta que soñe ser. No iba a pasar uma pelota, ni um descenso a la primera B, ni uma quiebra, ni um barrio o un pueblo condenado a la mentira, al exílio real o al interno, ese que sepulta esperanças.
Sentí a todos mis seres amados acompañarme en ese momento de sueños. Mi mamá Delia estaba em la platea de la calle Humbold, cerca del presidente Kolbowski. Mi papá Justo en el palco de prensa con otros gigantes de la pluma, Diego Lucero y Osvaldo Ardizzone.Tambien mi novia Bettina, aún mas bella con um "banlon" flamante. Estaba mi hermanita Maria Eva junto a sus compañeras del equipo campeon de basquet infantil femenino de Atlanta. Mis primos Carlitos, Enriquito, Popi, Nené, Guillermo; mis amigos Eduardo, Quique, Bossi, los tios Ramon y Chino, y el profesor alemán de las clases de gimnasia olímpica del club estaban plantados en la tribuna, detrás del arco. Ellos aplaudieron cuando le atajé el segundo penal de la tarde, a Chacarita.
La cancha con cientos de banderas y globos azules y amarillos, con 30.000 hinchas colmando el estádio y cantando a toda voz "...Son los bohemios... señores...son los bohemios..."
** Guillermo Piernes - periodista, diplomático, escritor, hincha de Atlanta.
* Foto de la cancha de Atlanta - Club Atlético Atlanta
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